30 de marzo de 2011

Invisibles

Perseverancia, tolerancia, honor, dignidad, pasión, lealtad, amistad, fidelidad, odio, nostalgia... a pesar de saber qué son y cómo nos afectan, todos ellos son invisibles. Invisible, aquello que no puede ser visto o rehuye de ser visto. Invisibilidad, anhelo para algunos y castigo para otros, superpoder para superheroes y poder para heroes.

Sus mayores aliados han sido las sombras, pues siempre lograron hacerlo invisible, como muchas veces pensó, ocultarse entre ellas no era más que una técnica efectiva para proteger sus pensamientos y por ello resguardar a buen recaudo lo más intrínseco de su ser. Seguramente la indiferencia fue el primer valor que podria atribuírsele, dado que aquello que no se ve raramente pasa a tener grandes pensamientos entre el resto. Se le ha podido atribuir el rol de ilusionista, de un jugador con las sombras, de aparecer en público y no dejar a nadie indiferente, pero a su vez manejar artimañas entre las sombras para que nadie le atribuya sospechas sobre los actos cometidos en la oscuridad.

Y seguramente, de tan oscuro que vive tan oscuro se vuelve, tanto que hasta sufre castigo por ello, parece ser borrado de un mapa donde cada uno adopta su rol en un juego social, mientras que el pasa a ser un peón caído al inicio de una partida de ajedrez. Aun siendo ilusionista, las luces no se le daban bien, y sus trucos podrían quedar descubiertos de un modo bastante fácil, por ello sus movimientos eran torpes y lentos. Conoce el riesgo de quedar al descubierto, por ello se siente seguro entre sombras, como bien dije, adopta un dominio espléndido bajo ellas, pero a pesar de ello reconoce que el riesgo de poner una luz en la oscuridad podría abrir una brecha en su vida, como si de abrir la caja de pandora se tratara.

Por ello hoy pasa un día más entre sombras, resguardando bajo un manto de sombras aquello que no puede ser visto, aquello que generaría tal tensión que sus cercanos no lo entenderían. Por ello un día más ha conseguido que sean "invisibles".

27 de marzo de 2011

Debilidades

Decía el eslogan de la película que todo nace, perece y muere, y en ese perecer encuentra nuestro protagonista nuevos retos y nuevos obstáculos, a la vez que deja entrever un ápice de lo que para Aquiles fue su talón y para él son sus cruces. Continua el camino pensando que de nuevo la idea a destacar es la supervivencia ante el discurso de su vida, cuyo narrador es uno mismo, y del cual parece ser que la monotonía del ritmo, como el trasncurso lineal de la historia acaba por aburrir al mismísimo intérprete. Y de nuevo surgen las ideas tales como la felicidad, el amor y la amistad... Y pese al tiempo y lo pesado que parece ser esta historia, su autor no cambia por darle un vuelco y remediar tal fatalidad de este cansino largometraje (si Dios quiere).

Es, en este punto de la película, cuando al protagonista, narrador y creador de la obra se le aparecen ante él sus mayores temores; sus debilidades... Y es que es un ser que parece no temer a alguna situación concreta, tan sólo la simple sombra larga de sus propias debilidades hacen que los cimientos más sólidos en su mente se vengan abajo de un suspiro. Según parece reconocer, existe en su cabeza la idea de sentir culpabilidad pese a que sus actos y palabras, incluso su más profundo silencio describan acciones leales y legítimas. Pese a ello su mente parece distorsionar tal realidad favorable para transgiversarla en su propia contra. Por ello pese a tocar las notas adecuadas para que suene bien una melodia, el desacuerdo de los que le rodean le provocan sensacion egocéntrica a su mismo perjuicio. Ello le hace sentir debilidad, le hace inútil ante tan dura senda y crea en el inseguridad frente al camino.

Por otro lado encuentra síntomas de debilidad en el déficit de rencor, y pese a que muchos lo pudieran ver con buenos ojos, para él no es más que un síntoma de flaqueza emocional pues pese a querer rechazar y odiar a sus más oscuras ideas que otros adoptan y pese a querer olvidar a su peor archienemigo, jamás logra culminar tales maldades o venganzas para repeler tales circunstancias. Tan sólo entra en su alma fantasmas como la pena y la nostalgia, la decepción y la tristeza... mientras que los demonios del odio y la rabia se esfuman como vapor por el aire, dejando un cuerpo decaido y desanimado.

Por último se siente débil, siente miedo a no creer en lo que un dia quiso, en no creer en que un día nunca supo que fue saber apreciar, encariñarse, querer y amar, y que de un modo u otro supo discernir tales sombras que con el tiempo se hicieron grandes, tan grandes que tan grandes dejaron cicatrices en su alma. Y confia en su fe, confia en su instinto pero firma contratos con el tiempo para que le de treguas mientras su mente fragmenta de nuevo todo lo recorrido. Cree que todo ello llegará, que todo cicatrizará, que su cuerpo acompañará de la mano a su alma para ser más fuerte, para no sentir debilidades, y por entonces camina por la senda de siempre pero con nuevos personajes a sus costados...

Como dicen las peliculas... Continuará.