29 de enero de 2011

Abriendo caminos

Uno va dando pasos con pies de plomo, evitando pisar donde no debe, bien por no hacerse daño y caer o bien por pisar a alguien, y aunque todo es muy oscuro, y es difícil ver una luz a lo lejos del sendero uno continua caminando.

Y así lo creo con tanto convencimiento que yo mismo me he creado mi propia realidad y con ella soy feliz. Me limito a guardar mis pensamientos y a ocultar mis sentimientos más profundos y creedme cuando digo que todo me va "bien". Soy un tempano de hielo. Y en vez de dedicar mi vida a acomplejar vidas ajenas como venganza a mi triste camino oscuro y lleno de cuestas, tan sólo me regocijo con el saber que no por hacer más difícil la existencia de quien me la ha jurado mi vida será más lúcida y llana. Cada vez que más pequeño me hago, más ganas tengo de volver a hacerme grande, y es aquí cuando todos me daban por muerto. Cuando han creído acabar conmigo no sólo quedaron sorprendidos al ver que no lo estaba sino que se sobresaltaron al ver lo grande que me habían hecho. 

Cuando alguien me cierra una puerta, yo abro una ventana y con ella un nuevo camino y una nueva gota de esperanza, una nueva halo de luz a lo lejos. Y aunque doy por hecho que nunca me conformaré con mi destino, sigo caminando. Dando pasos firmes y potentes porque jamás me rendí y porque llegaré hasta el final de mi camino, aunque me llevé a un lugar donde no brillé el sol y haga mucho frío. No me gustará mi destino, pero es mi destino y lo acepto.

Conozco mi techo y mi suelo, y mientras esté seguro de donde están, de dónde piso y hasta dónde puedo tocar con los dedos siempre me cerrarán puertas e incluso me las estamparán contra la cara pero yo seguiré abriendo ventanas, y después caminos, y con todo ello me bastará para conseguir mi "felicidad".


24 de enero de 2011

Tiempo

Tiempo... maldito tiempo, tan largo para lo malo... tan corto para lo bueno... Tan regular, tan inamovible. Y a pesar de ello cura de grande problemas, elemento homeostático de nuestros sentimientos, organizador de nuestras ideas y sanador de nuestros pensamientos. 


Paras y piensas de nuevo en los errores de tu vida, en qué fallaste y en qué pudiste mejorar, y a pesar de que no retrocederias en el tiempo entiendes que eso te hace avanzar hacia una dirección, de la que jamás sabes si será la mejor pero al fin y al cabo avanzas, por el camino del error o del acierto pero avanzas.


Y seguramente busques sentido a todo, a qué hago aquí, a por qué soy como soy, a quién le debo mi esencia, cuándo se agotará mi tiempo, dónde está mi felicidad, cómo será mi futuro si existe... Y a pesar de rondar de nuevo mil ideas por muy disparatadas que sean vuelves a tener esa sensación de saturación racional,  de curiosidad metafísica sobre lo que me rodea. Y al final siempre acabas mirando tu reloj, mirando como pasan los segundos, como si el tiempo fuera de nuevo cíclico, eterno. Y al final crees que tu memoria seguirá viva para quien la mantenga en sus mentes. Y es que avivamos la memoria de nuestros ángeles, de aquellos que se fueron y nos acompañan entre sombras y recuerdos.


¡Qué fugaz es el tiempo! De nuevo piensas bajo un silencio ensordecedor. Crees entender que la respuesta a tus dudas empieza por E, piensas que trataras de encontrar todo aquello que buscas siendo un rebelde o por lo menos aparentándolo, te crees políticamente incorrecto. Y tan sólo el susurro de una chica verde te hace recapacitar en todo lo que de nuevo tu cabeza piensa sobre tu alrededor, sobre tu mundo... "Dulce Locura", a veces pretendes perder la cabeza y romper el tiempo para perder esa sensación de fugacidad. 


Ya no sabes que pensar... dicen que el tiempo curará tus heridas, que sanará tus males de cabeza y que pondrá tu vida en su lugar a la vez que esclarece tus dudas... Al final solo te dedicas a escribir pecados, no tragedias.

19 de enero de 2011

Luciérnagas

Todo parece como si me moviera por un bosque de noche. Se oye el ruido de los grillos, el sonido del silencio, y los susurros del viento, y sigo caminando. Pongo ambas manos hacia adelante, para no chocar de cara contra nada que haya en el camino pero la corteza de los árboles contra los que choco me hace heridas en las manos, y cada vez me da más miedo volver a chocarme. El dolor nunca fue una excusa para rendirme pero con cada paso que daba aquel factor cada vez se hacía más grande y más intenso. Cada vez bajaba más mis manos y ahora parecía que casi prefería chocar con la cara que caer con las manos. Mis pasos son lentos e inseguros, mirando al frente y al suelo, con cuidado, con pies de plomo. Mi cabeza me bloqueaba y mis pies no reaccionaban a penas. A pesar de no hacer frío tiritaba, mi sangre se congelaba tan sólo de sentir tantísima desconfianza, tantísimo miedo al camino...

Paso a paso todo va pareciendo más oscuro pero al parar en el camino pienso en la playa, en mi mundo, en mi entorno, en mi gente, en mi... Al abrir los ojos mil y una luciérnagas iluminaban poco a poco un camino de luces a través de un campo frondoso e inmenso de dudas, pero con fe, con esperanza ciega, camino sin ver mis pies creyendo que esas luces me llevarán hacia algo mejor. No pienso en caer, ni tan siquiera en meter el pie en un hoyo, esas luces me dan seguridad, siento que mis ángeles me guardan y que no estoy solo en aquella inmensidad lúgubre. No me importa que nadie me dé la mano, mi mente se inunda de recuerdos, de memoria a los que siempre están conmigo día a día, e incluso los que ya no están pero están conmigo, en mi piel... en mis pensamientos. Y aunque siga aquí, en un bosque oscuro y lleno de incertidumbre, me mantengo en pie, caminando paso a paso con la cabeza bien alta y las manos en los bolsillos. El miedo ya no existe, las dudas desaparecen, mil y una luciérnagas me guían en el camino

17 de enero de 2011

Montañas rusas

Es cierto que suena a típico decir que la vida es como una montaña rusa, pero si bien es cierto nunca está mal recordarlo. Tener la cabeza fría y pensar que por mucho que nos cueste subir a la cima para después caer a toda velocidad bajo suelo y sin control o dar tres loopings y dos tirabuzones, siempre nos queda pensar que podemos volver a subir y que la vía no está cortada. Sólo nuestra montaña rusa será mayor si somos concienzudos y persistentes con lo que hacemos, sin vértigo a subir y subir y sin miedo a bajar por una cuesta tan empinada a toda velocidad. Siempre puede haber alguien que frene esa caída, y sino, siempre nos quedará frenar volviendo a crear una subida. ¿Mi objetivo? Seguir subiendo y subiendo hasta tocar el cielo y si caigo... Espero disfrutar de la velocidad en la cara y del cosquilleo en la barriga.

15 de enero de 2011

Saving my soul

Guardo mi vida en una caja de tres cerrojos; dos son fuertes y robustos y nadie duda de ellos, el otro, sin embargo, es más débil pero sin embargo más preciso y más complejo. Doy fe de que todos ellos guardan herméticamente todo lo que mi vida contiene e incluso me mantienen de pie cuando todo  cae a mi alrededor. Estoy a salvo y lo sé. Jamás he dudado.

Hoy alguien ha visto con cuidado dos de mis cerrojos, uno es uno de los robustos y de éste no ha dudado ni un momento: "Éste es un buen cerrojo, éste es de los buenos y de los que tradicionales, éste es normal". Pero al ver  mi otro cerrojo se quedó observándolo un buen rato, como si jamás hubiera visto uno igual, como si fuera una ilusión o como si aquéllo que le mostrara fuera una absurda realidad tapada por un plan oscuro: "¿Esto qué es? Esto no es un cerrojo, esto no funciona así... ¡esto no sirve para esto!". Al principio no lo entendí por qué no... Yo sabía que no era un cerrojo como los que todo el mundo tiene, sabía que ese cerrojo era distinto pero sabía que funcionaba y no le daba más vueltas.

-"Esto no sirve para guardar tu alma, esto sirve para guardar tu amor"
Él insistía en esa idea porque lo entendía de ese modo, y a decir verdad era cierto en un fin último, así lo podía entender con otros cerrojos parecidos, pero no con mi cerrojo complejo y preciso. Entendía que esos cerrojos se usaban para guardar amor y para administrarlo pero el mío servía para guardar mi alma y como sabía que era preciso y complejo sabía que el único que podía hacer que cambiará de guardar a no guardar mi alma era yo, no dudaba en que jamás nadie podría quitar que ese cerrojo ni ninguno de los otros dos dejara de guardaran mi alma.

Reconocía que sólo yo podía dar a entender que mi cerrojo cambiará su función de guardar mi alma a guardar mi amor pero el temor a que guardar mi amor fuera más inestable y ese cerrojo se rompiera provocaba que yo quisiera que guardara mi alma para el resto de mi vida. Y aunque jamás lo logren entender; es mi cerrojo, y no estaba dispuesto a perder aquello que hacía que mi vida fuera un poquito mejor.


"Y con tanto y con tan poco,
se hizo grande la ilusión,
se acercaron las distancias,
dejamos clara la intención...
de ser todo, lo que somos
el dos en uno, y uno en dos..."
                      Maldita Nerea - Con trocitos

Puzzles

Hace poco dije que comparándome con los demás podía conocer mi lugar en el mundo, decir estoy entre esto y eso otro, o soy algo entre esto y lo otro... y así lo corroboro; entendiendo de alguna manera que somos lo que vemos, lo que vivimos, lo que sentimos, lo que erramos y lo que acertamos, lo que nos sana y nos enferma, lo que nos dan y lo que nos quitan, lo que nos hace compañía y lo que nos abandona... de todo ello nos configuramos cual si fuéramos puzzles que son conformados por un puñado de piezas que nos hacen ser Jose, Antonio, Eduardo, Josefa, Bernabé, Cristina, Adrián o Carlos.

7 de enero de 2011

Verde como la esperanza

Los días más negros siempre han sido los días que cuando iba a dormir conseguía llevarme algo nuevo a la cama. Hablaba sobre atentados a la fe, sobre lazos rotos de confianza, sobre decepción... y cada día parecía más nublado que el anterior. Pero nadie se daba cuenta que cada vez que caía, yo era más y más fuerte, y que estos días en que la lluvia inundaba mis pulmones, no eran más que una fuerza que al día siguiente me hacía más grande.

Hoy has caído, y te has hecho daño. Hoy has llorado y tus ojos se han secado. Hoy te heriste y derramaste sangre... sin embargo hoy no está nublado. Pueden atentar a nuestra fe, a nuestra confianza, a nuestro corazón, a nuestra vida... pero no pueden destruir tu alma, lo más profundo de ti. Hoy te invito a ser fuerte, a levantarte del suelo y sacudirte el polvo. A tener fe en tus palabras, a tener esperanza en tus pensamientos... a creer en ti. Hoy de nuevo la vida te pone piedras en el camino y sólo tú eres capaz de superarlo y no dudo de ello, no dudo de tus palabras ni de tus pensamientos, no dudo de ti porque creo en las personas, creo en las buenas personas.

Recuerda que te puede dar miedo la oscuridad y el frío, que puedes temer al tiempo y al olvido, que puedes llorar de pena y de rabia... pero jamás podrás tener miedo a ser mejor. Recuerda que tus ángeles te resguardan, que quienes estuvieron y ya no están te acompañan; que quienes caminamos cerca de ti te protegemos y que los que llegarán te darán nuevas esperanzas.

Ten fe, el mundo puede tener más esperanza con tus palabras, que nadie corte tus alas ni encadene tu alma. Recuerda que sólo escribiremos pecados, jamás tragedias.

Sonríe Chica Verde.

6 de enero de 2011

La fe de sobrevivir

Siento frío en un desierto congelado, hace frío. Y agazapado, con la cabeza casi entre las piernas vuelvo a sentir en la espalda el frío de la decepción. Entendía como la decepción me hacía sentir furioso, pero al poco descubrí que tan sólo es ira efímera, que pronto pasa.  He comprendido que no existe en mí el odio ni la furia, ni tan siquiera la venganza... tan sólo logro el entender el mal que me rodea en forma de decepciones y frustraciones entendiendo todo como un problema causado por mi mala competencia a la hora de entender a las personas.

Y así es, de nuevo me recorre un escalofrío pensando una y otra vez en las mil y una decepciones, en las mil y una veces me he levantado traes caer fatalmente contra un suelo de hormigón. Me doy cuenta de lo que soy a través de lo que son los demás, de este modo consigo colocarme entre éste y aquél. Puedo entender mejor quién soy y cómo soy. Y vuelvo a tener escarcha en los ojos, y se ríen por no entender que funcionó previniendo los golpes, se ríen de que hayan "sombras", seguramente porque para ellos tan sólo con mirar al suelo logren reírse y pisotear la suya. Me inundan sentimientos de compasión y pena al recordar mis peores momentos, aquéllos en los que los lazos de la confianza se tensaron tanto que llegaron a romperse, y todo por abusar de aquéllo que daba con gratuidad. Entiendo que no existe para mí la rabia como entiendo que no existen las princesas si tan sólo tienen cabida en los cuentos.

Ni tan siquiera lograba tener odio hacía la mayor decepción en mi vida, que a los 13 años azotó con tanta fuerza nuestros corazones. No, tan sólo es pena, tan sólo es lástima... Sé que vivo cómodo en una familia de difícil condición, pero sé que con el tiempo me tocará enfrentarme a mí en esas batallas y que ni mi pena ni mi lástima logrará vencer ni un sólo asalto de tal guerra. Pero hoy soy así, colocándome en el mundo y en mis alrededores, creyendo en las virtudes y esquivando los defectos ajenos. La ira te hace sobrevivir pero la fe también.

Por fin, me hacía paso entre la nieve, buscando una salida al igual que camino por el mundo esquivando aquello que inundara mi alma de pena y compasión. Hoy me sentí frustrado, me sentí con pena, me sentí de nuevo compasivo, hoy mi fe sufrió un atentado.

3 de enero de 2011

Un camino cortado y un reino de locos

Ya ha pasado algo más de un año, y no me quedaría atrás si dijera que puede que fuera incluso más. Está estancado, algo desequilibrado, inestable, nunca ha sido buena esa sensación, pero lo ha llevado como ha creído conveniente. Se ha dedicado a no pensar, ha decidido suplir su mente de pensamientos armonizantes y plenos de felicidad, o por lo menos en busca de ella, a una mente dispuesta exclusivamente a vivir entorno a lo que su vida necesita como ser humano, como ser que debe realizarse. No piensa en el amor, ni en la compañía, ni en el sentido de la eternidad. Ni tan siquiera le emociona la playa, ni la luna ni las estrellas, ni la lluvia. Ha dado la circunstancia de encontrar destellos de luz esperanzadora que le daba la oportunidad de creer, de creer que no habian barreras, que podía volver a sentir, a pretender, a querer, a empezar de nuevo. Pero se equivocaba, ello desvanecía en el momento de plantear si realmente podía existir algo, si realmente podía volver a encontrar el camino a la felicidad, como muchos describen. Pero su corazón tiene un muro, es fuerte y compacto, y aun sabiendo que existe, siempre choca contra él. Nunca logra superarlo y así acaba todo, cualquier posibibilidad de creer, cualquier posibilidad de querer, de amar, de sentir, de existir... Tan sólo permanece de nuevo sereno, quieto y pasivo, sin ninguna razón con la que levantarse como razón exclusiva para que el mundo gire entorno a ella. Su cabeza dijo sí pero su corazón siempre dice no... él tan sólo sabe que es un camino cortado.

Y tras una una habitación detrás de una cascada salada observa a su alrededor, y todo está distorsionado, tan sólo ve siluetas borrosas con las cuales imagina como son, porque ya sólo cree su propia mentira y su propia locura. Enferma con el paso del tiempo, es como una metástasis en su interior, que poco a poco va infestando todo lo que coge a su paso... Lo peor es que ya lo sabía, que todo aquello lo estaba matando y que toda su razón, que en su día aplastó a sus sentimientos tan sólo empezaba a desvariar y a actuar con una razón irracional pues cada día aquellas razones distaban cada vez más de una realidad simple que él hacía a cada segundo más compleja. 

Quizás lo mate la noche y la confusión o quizás tan sólo se convierta en el rey del país de los locos.