16 de noviembre de 2014

Cruda ambigüedad explícita

Lejos de aquí.

Tan fugaz y tan contundente como abrumador. Así te marchaste. Diste pie al dolor y a la amargura y seguramente no te diste cuenta que a cada milímetro que te ibas alejando mayor era el colapso que sufría mi razón y mi pasión.

Ya no estás aquí. 

Y tu lugar Dios no quiso o no lo prolongó más o tan sólo tu mente no estaba preparada para seguir luchando. Son muchos años de batalla, muchas cicatrices y experiencias adversas de las que siempre has ido saliendo. Pero esta vez no.

Te has ido.

Y no se si, al final de todo, por fortuna o desgracia la vida me hace pensar que serás feliz, estés dónde estés, si no estás sola, si te sientes querida... quizás más de lo que te pude demostrar en persona. Hoy duele, mañana seguramente también  y quien sabe si este dolor marcará un antes y un después. Me quedaré con el gran recuerdo de haberte conocido, de haberte disfrutado y de haberte tenido. Porqué nadie se va si está vivo el recuerdo.

Sólo recuerda que pase lo que pase... "nunca estarás sola".

23 de octubre de 2014

Un pirata con L

Me crié entre piratas.


Aprendí siempre de los mejores, por lo menos para mí siempre lo han sido. Me enseñaron a ver que las mayores guerras siempre se luchan pero siempre se deben ganar. Y pese a ello, nunca ganamos todas. Me enseñaron que una sonrisa se antepone al peor de los problemas, que es la mejor medicina para curar a los que luchan a tu alrededor o que tan sólo es la mejor de las estrategias para proteger a los tuyos.



Fui grumete de inicio, fui creciendo bajo la tutela de mis predecesores piratas. Ellos me ayudaron a caminar poco a poco hacia adelante, y así lo hice. Crecí entre muchos mares, salvando mareas y tempestades, pasando periodos de hambruna y tiempos de enfermedades. No obstante, siempre fue con ellos. Nuestro rumbo siempre fue firme, quizás un poco lento pero jamás no detuvimos; no nos gustaba desplegar la vela mayor para correr más si ello conllevaba perdernos las muchas cosas que nos deparaba el viaje.Y con tanto y con tan poco nos metimos en más problemas; nos intentaron abordar, nos dispararon con cañones a herir, nos quisieron hundir. Yo tuve miedo y jamás me vi envuelto de manera de directa en aquellas batallas; pregunté si habían problemas, pero sólo se giraron y me sonrieron.



Pero el tiempo nos enseñó a que los caminos se acaban, y bajo un manto de 100103 estrellas luchamos contra la peor de nuestras batallas; nuestra peor derrota. De la que a día de hoy seguimos lamiéndonos las cicatrices. El capitán del barco nos dejó y bajo aquella nube de incertidumbres, de tristezas y decepciones afloraron sentimientos de poder, de envidias y reproches que crearon en si un motín dentro de nuestro barco. Sentí que yo era parte de aquello y por primera vez cogí mi sable y me enfrenté a aquellos problemas. Cuando todo parecía sangre y sudor, una figura grande se postró ante nosotros con una voz firme y contundente: "Este barco es mío". Se diluyeron las ganas de luchar, la unión se volvió a restablecer con más obstáculos de los que nos podíamos imaginar, sin embargo, allí estaba ella, la nueva capitana de nuestro barco, que al verme se giró y me sonrió.



Crecí bajo aquellas tutelas de los grandes, fui valiente y duro, me enfrenté a aquellos pequeños problemas que nacían de los pequeños embrollos que un pequeño grumete se enfrentaba en sus primeras andaduras como miembro de un barco pirata. Aprendí a luchar solo, dominé el arte del sable y de la pistola con destreza y cada vez que luchaba me sentí ganador. Conseguí hacerme valer entre mis camaradas y aprendí a caminar con firmeza e ir hacia adelante.



Pasaron muchos años desde entonces, ya hemos librado las grandes batallas, y pese a que nuestro barco está tocado jamás nos han hundido. Nuestro código sigue intacto, somos piratas y afrontamos los problemas. Pero nadie imaginaba que nos volveríamos a enfrentar a un nuevo motín, una nueva etapa de enfermedad que hacía peligrar el mayor de nuestros piratas. Ya viví una época así, una transición, un cambio de poder. Empezaron a aflorar de nuevo grandes choques de soberbia y ambición, y lo único que pensé fue en acercarme a nuestra capitana, a la gran Pirata; que sentada en su silla del camarote del capitán fijó su mirada en mí; pensé en que le debía tanto... Que cuando me di cuenta de que sus ojos se humedecían simplemente me salió girarme y sonreír; "Todo va a salir bien" fueron mis palabras más sinceras.


Hoy me enfrento a muchas batallas, muchos frentes abiertos, pero el valor de un pirata es infinito, así me lo enseñaron y así lo apliqué siempre en mi vida. Y pese a ello me siento perdido, sin un rumbo claro que coger. Sé que he dado un salto, que ya no soy un simple grumete a la tutela de mis predecesores, me he herido y me he recuperado, me he buscado mis propios alimentos, me he hecho grande con coraje y valor. Pero siento que necesito navegar hacia algún lugar, dar un paso grande en esta aventura y, pese a tener todas las herramientas necesarias, todas las condiciones para hacerlo, me encuentro sin guía, sin una ayuda que me diga a dónde ir. Sé que he crecido, sé que puedo luchar contra viento y marea, sé que puedo ganar pero mi único némesis es no saber a dónde ir. 

Me he convertido en un pirata con L.