16 de noviembre de 2014

Cruda ambigüedad explícita

Lejos de aquí.

Tan fugaz y tan contundente como abrumador. Así te marchaste. Diste pie al dolor y a la amargura y seguramente no te diste cuenta que a cada milímetro que te ibas alejando mayor era el colapso que sufría mi razón y mi pasión.

Ya no estás aquí. 

Y tu lugar Dios no quiso o no lo prolongó más o tan sólo tu mente no estaba preparada para seguir luchando. Son muchos años de batalla, muchas cicatrices y experiencias adversas de las que siempre has ido saliendo. Pero esta vez no.

Te has ido.

Y no se si, al final de todo, por fortuna o desgracia la vida me hace pensar que serás feliz, estés dónde estés, si no estás sola, si te sientes querida... quizás más de lo que te pude demostrar en persona. Hoy duele, mañana seguramente también  y quien sabe si este dolor marcará un antes y un después. Me quedaré con el gran recuerdo de haberte conocido, de haberte disfrutado y de haberte tenido. Porqué nadie se va si está vivo el recuerdo.

Sólo recuerda que pase lo que pase... "nunca estarás sola".