26 de diciembre de 2010

Corazón congelado

[...] Y sobre la mesa del escritorio de su habitación Susana encontró una carta.

Decía así:

Hola Susana, 
Jamás encontré la manera de decir todo lo que pensé. Tuve miedo. Miedo por crear en ti una negativa sobre mí. Miedo a perderte. Ahora me siento con fuerzas y valor de decirte que volví a sentir crecer mariposas en mi estómago, incluso derramar una lágrima por alguien a quien me duele ver sufrir o tan siquiera ver que te alejas... Hoy me armé de valor. Sé que no podrás creer la mitad de mis palabras, que el compromiso pudo acechar nuestras vidas, y en concreto atentar contra nuestra libertad. Libertad que al final me ahogaba, que ironía... 

Siempre bailé a tu ritmo, siempre quise que tú llevaras el compás de esta melodía que componíamos. Siempre quise entonar tus notas y mirar tus ojos cuando tus labios se movían. Pero cada día te veía más lejos y cuanto mas lejos te veía más fuerte me hice y más luché, a pesar de decir palabras que atentaban contra la cruda realidad. Nunca te llevé la contraria, sólo quise disfrutar de tu compañía, acompañarte en este camino... Caminar o correr juntos...

Siempre te estaré agradecido, me hiciste ver cosas que jamás vi. Me hiciste mas grande de lo que jamás pude pensar...

Hoy ya se acabó... Siempre he mantenido que Escribo pecados, No tragedias... y esto tan sólo es un pecado más.

Oliver

Sobre la cama se encontraba Oliver, inmóvil y algo pálido. Susana se acercó y le tocó el rostro, y palpó el frío que desprendían sus mejillas. Y al poner la mano en su pecho se percató que su corazón se congeló.

23 de diciembre de 2010

Ganar o perder... será un tema de piscinas

Nunca fue tan fácil saber si ganábamos o perdíamos si podíamos ver a un chaval cayendo en plancha a 2 metros y 10 centímetros de altura sobre el fondo de una piscina vacía... Y entonces empezaron a llegar las primeras conclusiones...


-Tío... ¿Cómo te tiras a una piscina vacía?¿Acaso no ves que es ir a hacerte daño?¿Qué no tienes nada qué hacer?


-Nunca se sabe- Respondía el otro con algo más duro que un hueso roto


Era evidente... se trataba de una derrota más que notable.


Después existían otros que si encontraban una piscina vacía o que apenas tenía agua, ellos eran tan chulos que cogían una boca de riego bien grande en un par de segundos ya tenían la piscina llena... después de tirarse de cabeza, hecho más que evidente dado que daba por hecho que sabía que agua había, al poco hundía la piscina volviéndola a vaciar... 


Y claro, es un cabrón, pero siempre gana, y de paliza.


Y luego existen aquellos que ven una piscina vacía o con poca agua, cogen una manguera y empiezan a llenarla, es un trabajo costoso y largo. Y luego piensan: ya hay suficiente agua, me tiro. Acto seguido existen dos posibilidades, que la piscina no se haya llenado lo suficiente y zas! en toda la boca; o que consigan sobrevivir al salto y haber triunfado.


Sin duda, estos son aquellos que parecen que van a empatar y por un detalle se decide si ganan o pierden por la mínima.




Conclusión, ya no sé que es mejor si quedarse en el borde con la manguera llenando una piscina hasta que sea tan evidente que rebosa el agua o tirarse a riesgo de romperse la cabeza.


Felices Fiestas Piscineros!

20 de diciembre de 2010

Una vida de sueño

Llevo meses despertándome por la noche, no consigo conciliar el sueño. Aparte de mi lado el despertador al que tanto odiaba y me quedé mirando las rayas de luz que atravesaban mi persiana, apenas distinguía lo real de las sombras... ¡Qué ironía! Parecía que la luna me estaba jugando una mala pasada, que quería hacerme recapacitar por cómo era mi vida. Y lo peor de todo es que acertó...

Siempre me han gustado las ilusiones, pero sólo aquellas que se veían en trucos de imágenes y demás historias ópticas. Y al fin y al cabo me encontraba en una espiral de ilusiones en las que ya no sabía distinguir qué era real y que era una sombra. Y tampoco debía ser difícil para mí descubrirlo, ya que durante mucho tiempo me entretuve maquinando mil historias detrás de las sombras para conseguir todo aquello que quise. No obstante, algo había cambiado, todo parecía ir mejor de lo que podía esperar y sin duda todo era real, por lo menos esas personas. Aun así, siempre tuve el don de descubrir esas sombras y misterios, que posteriormente uno conoce de los demás, antes de conocerlos de sus propias bocas. Como ya dije, me acostumbre a ver muchas sombras y a jugar con ellas y por ello siempre pude adelantarme. 

Y hasta aquí todo es perfecto, mi realidad era perfecta. Como bien se dice, después de muchas tormentas me llegó la calma... ¡y qué calma! Sólo existía un pequeño miedo en mi interior, y era que como si de la luna se tratase, no conseguía ver las sombras de otras personas, concretamente de alguien que parecía tener a su alrededor un halo distinto al resto. Y eso me hizo dudar, no conocía de antemano que forma tenían sus sombras ni tan siquiera si eran más oscuras o más claras, si desdibujaban siluetas sencillas o complicadas... ya no sólo tuve miedo de por qué aquella persona... si no de por qué no podía hacer lo que se me daba tan bien. Si había cambiado algo en  mí o si por el contrario había algo distinto en esa luna que impedía que pudiera leer sus ojos.

Nunca había fallado, de hecho siempre me sentía seguro yendo un paso por delante, me hacía ser más fuerte, más duro, menos frágil... menos débil. Y ahora estaba allí en mi cuarto, observando como un pasmarote unas líneas de luz tras la persiana, preguntándome por qué no paraba de pensar en la luna y en sus sombras, en por qué cada noche visitaba mi cama y se infiltraba en mis sueños... 

De momento sólo me quedaba esperar, esperar una vida llena de sueños.

25 de septiembre de 2010

Cuando las razones pierden su peso, todo se reduce a la nada

"Cuando las razones pierden su peso, todo se reduce a la nada..."

Repetía mi cabeza una y otra vez. Yo sé que no son buenos tiempo, que todo es caos y que ahora no existen salidas. Es como si estuviera atrapado, como si hubiera cavado un túnel para escapar de mi vida y en el intento el suelo hubiera caído sobre mí ¡Qué ironía!¡No podía estar más abajo! Mi corazón me decía se un hombre bueno y mi cabeza me convencía que no estaría solo. En mi intento de huir lo que sostenía mi túnel eran esas razones por las que uno lucharía hasta el final, aquellas que son resistentes, tenaces, inquebrantables... Pero ahora tan sólo me encontraba sentado frente a mi pico y pala, mirando a través de una linterna el recuerdo de una foto que separaba la línea entre pegarme un tiro o esperar a que me viniera buscar. Y es que todo lo demás cayó por su propio peso, cuando mi corazón me dijo se bueno solo supe hacerlo lo mejor que pude y no fue suficiente. Fallé o me hicieron fallar, me echaron de nuestro camino y no les importó.

Empezaba a darme cuenta que mi corazón fallaba, pero mi cabeza también, me estaba quedando solo, y lo peor es que no tenía ganas de remediarlo. Siento lo mismo que sentí al herirme con las lanzas de mi cariño paternal. Supongo que me estaba volviendo a hacer fuerte, que volvería a desensibilizarme, que me dedicaría de nuevo a sobrevivir.

Sé que no son tiempos buenos, sé que mi vida no pasa por su mejor momento, todo eso lo sé, pero en otras ocasiones hubiera tenido el coraje de levantarme y seguir luchando, pero en este túnel no encuentro salidas, no veo la luz del sol brillar por ninguna grieta. Si mi corazón latía por sobrevivir era porque a pesar de que las razones perdieran su peso y el mundo se hiciera nada, a mi me quedaba esa foto y la suficiente esperanza para creer que me salvaría, que sería mi luz, pero que ahora no podía verla porque estaba a miles de kilometros.

Tiempo atrás tenía esa luz paternal que me dió mucha vida pero para mi desgracia se apagó hace 100103 horas...


Sólo me queda esperar mientras mi cabeza repetía una y otra vez

"Cuando las razones pierden su peso, todo se reduce a la nada..."

18 de septiembre de 2010

Vive mientras puede

Vive en una sociedad llena de prejuicios... de falsas apariencias... de intereses... de poder... de fama... Vive manteniendo distancias emocionales para no albergar en nadie esa independencia que le pueda hacer sobrevivir, por si algún día llegara este momento.

Siempre ha tenido facilidad en relacionarse, y en tal modo eso le ha jugado malas pasadas, sin embargo, ese era un precio justo por pagar, pues entiende que los pilares por los que vive (y no sobrevive) estan fuera de él. Se rodeo de grandes principios, de valores supremos, de eticas intachables, de verdades absolutas... y así fueron, grandes ideales y utopias hechas realidad, Todo está perfecto decía una canción. Y mientras miraba el horizonte en busca de una estrella que se encontraría a miles de kilómetros, le hicieron ver de él algo que jamás quiso ser, y que a su modo de entender jamás dio a parecer, pues no vivía con tales sentimientos. Pero él invitó a su sociedad a jugar a la perdición. Alguién abrió una caja maldita y salieron los fantasmas. Aquellas utopias se resquebrajaban en cada valor que salía a la luz... todo se tiñió de envidia, de una lucha de egos, de una competición... ya no se trataba de compartir sino de competir. Si un día era generoso, al día siguiente era egoísta, así lo quisieron hacer.

Pero salió el comodín del juego; el fruto de las envidias y el premio de la competición, salieron las damas y las meretrices. Y ahí empezó una lucha que nada bueno le traería. Supo jugar sus cartas, en este juego iba un paso por delante, no quería ganar... tan sólo jugar, pues este juego no era nuevo para él, pero parece que para sus compañeros era innovación. Él era un gran experto y ganaba incluso sin querer. Desató muchos odios escondidos, mucha rabia contenida... amagada bajo unos principios sólidos y férreos pero que en esencia estaban vacios, solo era una tapadera.Se pedía comunicación pero todo le lanzaron cuchillos a la espalda. Se puso en cuestión sus valores y sus principios bajo el título de "amistad" y siempre jugaron contra su modo de jugar. Mientras pensaban en ganar, el pensaba en jugar.

Al final sucedió que ganaron... pero no le descontentó aquello, pues consideró que él no perdió en ese juego de perder. Pero se hundió al recordar que ya no vivía, pues lo que le hacía vivir no era lo que él pensaba, por lo que no le quedó más que volver a sobrevivir mirando el horizonte, buscando a miles de kilómetros la última esperanza que le quedaba por vivir, esperando al frío invierno mientras escuchaba un halo desde el cielo.

19 de agosto de 2010

Desequilibrio

Una silla de tres patas
Una moto de una rueda
Una barca con un remo
Un partido de voley sin equipo rival
Una conversación sin oyente
Una canción sin melodía
Una balanza desequilibrada

Hoy son así los días

3 de agosto de 2010

El poder de las palabras

"... Sin embargo... las palabras siempre conservarán su poder... las palabras hacen posible que algo tome significado... y, si se escuchan... enuncian la verdad... y la verdad es... que en este país... algo va muy mal, ¿no? ...crueldad e injusticia... intolerancia y opresión...

...antes tenías libertad para objetar... para pensar y decir lo que pensabas... ahora, tienes censores y sistemas de vigilancia que nos coartan para que nos conformemos y nos convirtamos en sumisos...

...¿Cómo esto ha podido ocurrir? ¿Quién es el culpable?... ...bueno, ciertamente, unos son más responsables que otros... y tendrán que rendir cuentas... pero, la verdad sea dicha... si estás buscando un culpable, sólo tienen que mirarse al espejo..."


V de Vendetta

Las palabras... tal y como dice aquí, enunciativas de verdad; poderosas, como las que más... ¿Cuántas veces hemos pensado que nos ha dolido más una palabra de alguien querido y respetado que una bofetada en la cara? Millones... La gente ha dejado de pensar, ha dejado de poner en duda todo aquello que se nos da en bandeja, aquello hecho... ya nadie tiene la curiosidad de un niño, aquella que te hace preguntar por qué... ¿por qué a todo? Nos hemos convertido en sumisos de auna sociedad que sólo nos ha sabido silenciar, complacernos con placeres absurdos y temporales, con promesas vacías...

Hoy me siento vacío, me siento un juguete roto, una máquina oxidada que camina en solitud hacia un destino que parece acarrear más que un final totalmente anodino. Parece que la magia de la que gozaba mi espíritu fue apagándose conforme el tiempo achacaba en mí sus feroces garras y golpeaba con dureza cada pilar que sustentaba mis creencias, mis pensamientos. Tiempo atrás cada palabra, cada letra poseía una sinfín de reflexiones que entre otras tantas cosas, llenaban mi vida entre sonrisas y lágrimas por cada persona que podía escucharlas, o tan siquiera leerlas. Creí que tener algo, un poder, un as, un comodín, un dote... Sólo reduzco mi pensamiento a lo que muchos me han demostrado que debe ser, la ignorancia, la indiferencia.

Hoy deduzco el lado más oscuro, teorizo mi situación con las alternativas. Descubro tanto que me falta, tanto que tenía. No se me da bien andar sólo y a cada paso que doy tengo más dudas. Me asaltan las dudas, la desesperación llama a mi puerta y hago oídos sordos. Una sola palabra podría sanar mi alma. Una palabra bien dicha, en un momento adecuado, por alguien adecuado. Siento que le falta a una pata de mi silla, y no logró encontrar como repararla, no hay ninguna que encaje, no hay ninguna que la pueda sostener... y en cualquier caso si la hay, no logró encontrarla o quizás sea demasiado cara... o sea demasiado más nueva que yo.

En cualquier caso, la palabra se convierte en mi salvación, o en mi destrucción, una erosión constante... jamás nadie nos quitará que la palabra tiene el poder.

7 de mayo de 2010

Soy capaz de manejar las sombras, pero no de luchar contra un eclipse

La luz hiere a mis ojos, parece que desarrollé una alergia a quedar expuesto ante tanta claridad, ante tanta exposición. Me esclavicé, y soy preso de mi mismo. Me oculto entre las sombras, paso inadvertido, a la luz del día soy uno más, tan sólo oculto tras un manto de estrellas puedo ocultar mi interior... y aquí estamos, dando pasos, a ciegas a veces, cometiendo los mejores aciertos y provocando los mayores errores, pude pecar pero jamás provocar una tragedia.

Al otro lado quizás la luz del sol le desoriente, seguramente porque tampoco quería ver que la luz podría hacer que sufriera, pero esa capacidad de lucir su figura ante el sol se desvaneció y el mundo le pareció hundirse por sus alrededores. Y parecía que aunque hubiera pensado que no quería que el sol brillará, porque le tenía odio en aquel momento tan duro en el que este sol se escondió, no desestimaba la oportunidad de volverlo a ver, pero parecía que seguía sin volver... echó tanto a perder, tanto dolor sufrido... se sentía como una persona tonta, como podría anhelar algo que le había hecho daño en algunas ocasiones... Y cayó... cayó a las tinieblas... quería ver por donde pisaba... no conocía las sombras y no sabía adónde ir.

Entonces entró en un pozo donde solía tomar algún remedio de los que me hacen olvidar, y me encontró. Quizás fue la única persona que me logró ver y no huyó de mí. La oscuridad no le daba miedo y para mí, era mi hogar. Pensó en volver al día, a la luz, que poco a poco aparecía de nuevo, pero le cogió nostalgia y rabia, pero no podía evitar salir a la luz, el sol era parte de su vida diaria. Entendí entonces mi poder... el poder de moverme tras mi manto de estrellas, el poder de manejar las sombras, de ocultarme tras ellas y de esconder cualquier cosa dentro de mis apreciadas sombras. Lo dispuse como una solución a mis remedios caseros por olvidar y congelar mis sensaciones, cuando cayó al pozo, me ayudó, me sonrió, no me dió la espalda y eso me recordó a las profundidades del océano... la tranquilidad, la calma... la panacea a mis pesadillas y mi conciencia.

Le reconocí a luz del día aunque mi manto de estrellas dificultara mi capacidad para predecir cómo sería su reacción al volver a verme; cambiado, la piel de mi rostro se iluminaba más de lo corriente al reflejar cada haz de luz que peleaba contra la superficie de mi eterna palidez, parecían explosiones continuas que hacían relucir mi ya conocido escudo metálico. No le comenté mis intenciones de inicio, conocía que su situación se asemejaba a la vivida en mis recuerdos, y entendí que con mi ayuda, la simbiosis sería posible. Sufriría mis desidias y mis voces durante los lamentos mientras yo conseguía alargar las sombras para que no sufriera el impacto brusco que la luz proyectada por el sol, que en su día le iluminó y le hizo brillar, destellaba contra su figura.

Pareció haber evolución, ya no relucía el arco iris tras las gotas transparentes que brotaban de sus ojos, y que provocaban cada día los haces de luz que emitía aquella figura tan grande. Me sentí en cierta manera como un pez contra un tiburón, sabía que no tenía nada que ganar en esta guerra, pero ésta no era mi guerra, no tenía un objetivo competitivo, no buscaba ganar nada, más que mi propia salvación de mi mismo, de mis tormentos. Esbozó sonrisas y carcajadas a los días, y eso inyectó poder en mis venas, con lo que mis sombras parecían tener efecto, cada vez se hacían más grandes, podía moverse más entre la oscuridad... sus pupilas comenzaban a adaptarse a la oscuridad a la que yo me adapté por obligación. Comenzó a sentir que su piel volvía a brillar, pero jamás descubría si su piel brillaba igual o diferente, porque no se sometió a la luz del día. Era algo que con el tiempo descubriría, y yo sería testigo, sería testigo de su renovación o su transformación, sabía que cuando volviera a exponerse a la luz yo podría valorar si su piel brillaba igual o diferente y podría sostener que estuve allí, que fui salvación ante mi propia salvación.

Pasó poco tiempo, pero parecía haber pasado un milenio. Pareció que se adaptó a mi manera de vivir para recuperar su vida en fragmentos, y cada día que pasaba era un día en el que no necesitaba tomar mis remedios. Parecía otra persona, una persona parecida a la oscura persona que reflejaba mi figura desfigurada, le induje a ello seguramente, pero yo mantenía firmeza sobre mis palabras, sobre mis actos, sobre mis intenciones. No debía correr ni saltar, eso provocaría que las sombras se movieran y la luz impactara de manera directa sobre su nueva configuración fisiológica, podría herirle si quisiera avanzarme a su manera nueva de vivir. Por lo que acordé que mantuviéramos un ritmo y una dirección lineal y predecible, parecía como si también pudiera mover sombras, como si hubiera aprendido mis habilidades. Y a mí me daba igual como viviera, siempre que estuviera bien, fue como si ahora mi deseo fuera su salvación, relegando a un segundo plano la mía propia.

Mis palabras fueron concisas a su mirada de incertidumbre: "Tu luz compensaba sobradamente mis sombras. Soy capaz de manejar las sombras, pero no de luchar contra un eclipse". No sé si lo entendió, yo creía firmemente que no tenía a la cura a su delirio ni a su locura, yo jamás podría esconder con plenitud algo tan grande, jamás podría hacer que el día fuera totalmente de noche, pero sabía que dentro de mi medida, podía ofrecerle ese hueco donde me refugiaba, donde no existía la luz del día ni las bocas hablaban sin saber. Y no sabía si eso era lo que reinaba en su mente, no sabía si aquella "nueva" persona tenía en mente aumentar el poder de mis sombras y creía que de ese modo ocultaría el sol, y de ese modo yo jamás lo hubiera impedido si eso provocaba su salvación, y por supuesto, la mía.

Y aunque sol fuera su sueño, su propia persona su tortura y mis sombras su remedio. Siempre abrazó mis sombras, porque nunca se apartaron.











"Espero que las bocas que no saben, no hablen"

29 de marzo de 2010

"Animalisis"... o "Corpolisis"

Nunca acabarás conmigo - Repliqué a mi adversario. Segundos más tarde, una hoja de acero atravesó mi corazón, refutando de algún modo mi desdichadas palabras, mi vida se había terminado, o eso creyó mi enemigo.

Pues claro que lo hice - Concluyó con mi cuerpo desplomado a sus pies mientras se jactaba al verlo.

No me sentí como tal... no sé. Siempre hemos pensado en lo que somos, en cómo estamos hechos, y lo hemos conseguido saber... por lo menos físicamente, sabemos que tenemos huesos, órganos, sabemos cómo funcionamos, pero... ¿Hasta qué punto?

Pude recoger imágenes de mi pasado, vi vidas que no eran mías, vi cosas... entendí, a mi manera de concebir esas imágenes que el cuerpo me daba fuerza, resistencia, agilidad, me dotaba de inteligencia, de sabiduria, de saber actuar... pero a su vez era débil, era fácil destruir el cuerpo de una persona, lo comprobé minutos atrás, una hoja afilada terminó con mi cuerpo, con mi corazón, sin embargo mis piernas, mis brazos, mi cabeza... no tenían ningún rasguño... pero mi cuerpo había muerto.

Me vino a la cabeza pensar personas que destruían sus cuerpos como solución a problemas, o de gente que no parecía importarles lo bien que pudieran mantener su cuerpo pero oraban, permanecían horas y horas meditando, pensando... ¿Qué cuidaban o qué destruían? Alguién me habló de una pieza que movía el interior de las personas, algo por lo que daba vida y muerte a un cuerpo, era algo superior pero encajado y capturado en algo terrenal. Se solía describir como el propio ser... eso era el Alma. "Aspiración infinita", "potencia mística", "existencialidad"... Sólo entendí que mi alma estaba intacta... que sería capaz de seguir con vida siempre que mi alma estuviera sana... por ello logré entender porque la gente destruia su cuerpo o porque no le daba importancia... trataban de decir que su alma era prioritaria... el que destruia su cuerpo creía que de ese modo salvarían su alma... o que como ya estaba muerta... no había por lo que seguir con todo... encontré la clave... el alma era poderosa... sabía que si destruyes el alma de una persona... destruyes su ser... "Animalisis" esa era la palabra... la destrucción desde dentro... hubo un día en el que yo mismo hubiera acabado con mi cuerpo... mi alma estaba malherida y la única salida era aquella...

Ahora estaba bien... sentía que mi alma seguía viva... que estaba a salvo..

Volveré - Un susurro entre las sombras retumbaron por las esquinas de aquellas calles... alertando a mi enemigo...

26 de febrero de 2010

Lo necesito...

"Ven! Arrojame más problemas, seré fuerte, debo ser fuerte". Te has pasado conmigo, te enseñas no sólo con lo que me pones por delante sinó por hacerme como me haces ser... por lo que me induces a ser. Siento no poder levantarme tras un gran tarascazo, siento que se me viene encima el mundo cuando me inundo en mis pensamientos, no lo puedo soportar... me matan, atraviesan mi corazón y recorren mi torso desnudo mientras mi sangre brota y resuena contra el suelo... "La has cagado" me replico a mi mismo implorando y a su vez encarandome con el cielo. "Vida cruel" y cuánto daño he hecho... "Te lo mereces" me digo a mi mismo... pero sigo pensando que seré fuerte, debo serlo... debo serlo... debo... lo necesito... no me deja vivir...
Recuerdo entre tanto que este camino me alivia, aquel camino que me lleva a la deshumanización... a no ser persona... a no pensar... pensar me consume cada día más... es mi cadena perpetua. Contra todos mis principios lucho a día de hoy, contra mi mayor miedo; lucho solo contra la soledad, y lucho contra el tiempo y el espacio... pero me rindo... no puedo más. No sé si será un cástigo justo o no pero esta noche del 26 de febrero del 2010 sé que es la noche en la que se acabó... en la que me rindo contra mí, en la que la vida gana, pagaré con creces mis errores... Me rindo...
...Necesito tiempo, necesito espacio... necesito estar solo... lo necesito...

18 de febrero de 2010

PsicoEGOlogía II

Pase, pase
Buenos días

Hombre... veo que has vuelto
Sí... supongo

Qué te ocurre?
Supongo que no me he recuperado

Quieres retomar donde lo dejamos?
Como quieras

Mi última pregunta fue... ¿Eres feliz?
No lo se, ¿Qué es la felicidad?¿Es algo objetivo o por el contrario es algo que depende de cada uno?¿Es nuestro fin último?

Hombre... debería serlo, la felicidad es aquello que permite que una persona pueda vivir de la mejor manera dentro de lo oscura que puede ser la vida. Es aquello que te da razones para levantarte cada mañana, es la razón de ser.
Entonces creo no ser feliz...

¿Te sientes solo?
Sí...

¿Quizás te han dejado solo, nadie está a tu lado?
No es eso, claro que hay gente a mi lado... pero quiero sentirlo... y no lo siento... me siento vacío...

Parece que sabes lo que quieres... no pareces estar hablando como una persona trastornada, loca...
Ese es el problema... que en ese sentido estoy cuerdo... cuando la locura es lo que me alivia de todo esto...

¿Crees que la locura te salvará de todo esto?
Es mi razón virtual de ser, es aquello por lo que no me importa levantarme día a día... es aquello que me mantiene vivo y me quita las preocupaciones...

Es decir que prefieres ser un trastornado...
No, no he dicho ser un trastornado... he dicho sumergirme en la locura... aunque algo trastornado tambien estoy... Sinó que sentido tiene que yo esté aquí, sentado frente a mí mismo y respondiéndome a preguntas formuladas por mí... Buenos días...

10 de febrero de 2010

Carta al corazón... por la mente

Dichoso aquel que pueda gobernar sobre su aura emocional, áquel que logre sobrepasar el límite humano y controlar lo más intrínseco de la vida. Nunca conseguimos ser, ni por asomo, el núcleo del grupo pero tampoco nos sentimos desplazados, simplemente estuvimos. Sé que muchas veces no estamos de acuerdo, de hecho llevamos años reparando en ese error que cometemos inconscientemente, áquel que provoca que no podamos llevar nada más allá del deseo y el capricho, tan sólo sabemos crear con nuestra indecisión una nube que nunca se concreta, y que tan sólo hace aguas y moja a los que menos se lo merecen. Hemos creado un muro compañero, y aun sabiéndolo, no somos capaces ni de derrumbarlo ni de anticiparnos a él. Caemos tantas veces como ilusiones nos hacemos y ahí es cuando sufrimos. Ojala pudieramos decir que estamos de acuerdo, que todo irá bien, que no tenemos dudas, que tenemos confianza, pero yo pienso mucho, y tu sientes demasiado. Yo lo analizo todo, lo medito, lo estudio y lo valoro, sin embargo, tú te dejas llevar, te adelantas sin mirar a lo que pueda suceder, te arriesgas, confias en lo que pueda ser.

Sé que soy el malo, sé que podrías ser feliz sin mi presencia, o quizás infeliz, pero almenos tendrías la oportunidad de perder una oportunidad, o incluso de aprender de los errores, pero no puedo irme, soy inconsciente, trato de inhibirme pero nunca lo consigo. Sé que te estás volviendo desdichado por mi culpa que estamos cerrando puertas y haciendo daño a quien no se lo merece...

Ojalá llegue el día en que ambos comprendamos la situación, que nos pongamos de acuerdo y salvemos ese muro, que la felicidad sea posible y que mis pensamientos y tus sentimientos viajen viento a favor de la mano, ojalá pudieramos ser lo que quisieramos ser.

21 de enero de 2010

Se fuerte

Sabes que nunca has sido el mejor, siempre has pensado que has dominado lo que te has propuesto hasta el punto de tener sobre eso cierto control, pero nunca te consideraste el mejor, aunque pudieran hacerte a la idea. Piensas que tener los pies en el suelo es lo más coherente, quizás poco imaginativo para ti pensar en lo que tendrás a la vuelta de la esquina, o tan solo tratas de ahogar por un instante ese momento de lucidez y de felicidad espontánea que aparece cuando piensas en lo que está por llegar. Dicen que eres frío, que no muestras tu cara, no reflejas tras ese manto lo que realmente ilustra tu alma, que te escondes dicen.

Cierto es que quieres ser mejor persona, y que cada paso que das con templanza pasmosa en situaciones de caracter pasional, das a entender que te importa bien poco lo que pueda pasarte, y quien sabe si deben pensar que también lo que les ocurra a los demás. Actuas con cabeza, el corazón lo guardaste Dios sabe donde, quizas ni recuerdes tu mismo donde se encuentre, y de ahí tu poco saber decir y saber que hacer ante situaciones que requieren un poco de sentimentalismo. Sólo quieres ser mejor, avisas de tus intenciones con calma, sin enervarte, lo tomas con naturalidad, pues has decidido tomar la sinceridad como método de acción, pero no contabas con ello. No contabas con que la sinceridad crea barreras frías y llenas de escarcha, que a veces una mentira bien contada evita muchos dolores del corazón, así pudiste pensar hace un tiempo, cuando aún tu corazón sentía que aún no actuar correctamente, podrías tapar ese dolor para los que querías, y si bien es cierto que lo conseguías, no pensaste que solo crecería ese dolor si algún día descubriesen tal parche. Por eso lo encerraste, preferiste soportar tras ese escudo cada impacto del dolor que podía producir una verdad tras otra. Te hiciste de piedra amigo, pero el impacto más duro no es tan fácil de soportar, y a veces te resientes. Te preguntas si estás mejorando, si eres más bueno, las cosas aún te pueden doler, nada es infinito ni eterno has pensado.

Y alguna bala te alcanza, te duele, te sientes malo, sucio, avergonzado y piensas en qué has hecho mal. La sinceridad avisa, y quien avisa no es traidor piensas, pero nada de ello tiene lógica, quieres ponerle números a todo y pensar que son ciencias exactas, y te vuelves a equivocar, y eso te lleva a pensar que de nuevo no avanzas, que no vas al cielo, que te hundes y cada vez sientes el calor del fuego más cerca.

Quieres ser mejor, quieres mantener tus ángeles a salvo aunque ello pudiera significar tu autodestrucción, sólo quieres ser mejor...

y piensas... Se fuerte, se fuerte.

20 de enero de 2010

Ipso Facto

El camino es largo y hay que andarlo, muchos obstáculos se encuentra, como todos, de hecho no se cree desdichado por salvar esas trampas que pone la vida, sino que se siente maldito porque siente que no tiene en que creer.

Salva los días en los que no recuerda ni piensa que debe hacer ni tan solo que dictamina su conciencia al ver que el camino por recorrer es largo y porque no decirlo, a veces un tanto oscuro y difícil. Al parecer no le asusta ni tan solo le quita el sueño ese aspecto de su vida, se siente fuerte como para superar cualquier circunstancia, no obstante, sí que piensa podría dejarle tocado, pero el valor a ello no desvanece.

Sabía que podía continuar adelante, que el camino le sería algo trabado, y es así también que añoraba tener una razón ilógica e incluso incoherente e incomprensible por la que levantarse cada mañana y pensar hoy voy a seguir cambiando el mundo, hoy tengo por qué levantarme y seguir adelante. Era evidente que quería tener esa razón, pero a la vez que la quería tener, le daba miedo poseerla, porque ello implicaría un grado de dependencia que, en primer lugar, hacía tiempo que desconocía, y en segundo lugar, que le haría perder el control absoluto de su vida. Ya no actuaría por su propio juicio, lo razonable podría convertirse en irracional, y lo imparcial podría llegar a ser parcial. Podría llegar incluso a cambiar sus principios y sus valores, a ser otra persona. Ya no sería el mismo posiblemente, ya que esa razón fuera tan trascendente que le impidiese ser coherente consigo mismo, y esa barrera o ese escudo impracticable tras años de lenta solidificación volasen por los aires con tan poco esfuerzo. Ha llegado ser bastante discreto con su alma, a no mostrar nunca su debilidad, ni sus miedos, se ha proclamado invulnerable a cualquier valor sentimental, por miedo a destaparse de nuevo, por miedo a ser humano en ese sentido, por ser vulnerable.

Es aquí donde puede vislumbrar una barrera algo difícil de traspasar, saber que puede tener una razón por la que seguir adelante aunque puede pretender que no la necesite, hasta el punto de incluso quererla para hacer del camino menos difícil, sin embargo, el precio a pagar es aún demasiado elevado a su parecer como para exponerse a tal razón, cree no estar preparado a afrontar su vulnerabilidad por un camino menos inclinado.