Se va la luz del día y asaltan las dudas, las sombras no te dejan ver, siempre has jugado a protegerte detrás de ellas, porque así, sólo así sabrías que tu alma restaría en paz, sin cicatrices en el corazón, sin penas ni tampoco glorias. Has decidido crear un manto tan duro, que tan duro ha convertido tu piel, imposible de reblandecer ni de atravesar. Y pese a llover tanto, a que las gotas pudieran desteñir el tono pálido que tu piel dibuja a los ojos del resto, aunque tu imagen pudiera ser descuidada e imprecisa, jamás te preocupó, porque no había más preocupación que la necesidad absoluta de proteger aquello que en su día te lastimaron.
Y aparece, de la nada, una luz al fondo del callejón donde te encuentras, una luz que te crea miedo, pero a su vez invade un sentimiento cálido que produce un escalofrío tan súbito que recorre en segundos todo tu cuerpo. Tienes miedo porque sabes que esa luz te pone de nuevo al descubierto al mundo, porque enseñas de nuevo cicatrices que han marcado una vida pasada y temes de nuevo caer en un abismo que te devuelva al suelo malherido, con el propósito de nuevo curarte y volverte de nuevo duro.
Pero nada más lejos de la realidad, te has dado cuenta que cuanto más cerca ha estado, más vivo te has sentido, más grande has vuelto a ser, más libre... Se han caído todas las raíces que me asentaban bajo ese manto, ha conseguido atravesar de un soplido esa malla de acero que recubría tu piel, ha logrado reanimar tu pulso después de llevar dos años sin señales.
Y pese a todo, no sabes qué es, sólo sabes que vive en ti, que quieres disfrutar y no perderla jamás. Cautivar esa luz y hacerla estandarte de una nueva bandera, una en la que los tonos oscuros no sean protagonistas. Donde reine el verde esperanza, el rojo pasión, el naranja vitalidad, el azul tranquilidad, el blanco paz, el amarillo suerte... Y donde el negro tan sólo sea el recuerdo a todos aquello que un día estuvieron aquí y que hoy están en nuestra mente y nuestro corazón. Y conquistar cada rincón de nuestro mundo llevando tal bandera como escudo y como espada, luchar contra todos aquellos obstáculos que un día te hicieron caer una y otra vez. Sabes que darás 100103 pasos y el recuerdo que habita en el cielo jamás desaparecerá, hoy tu deseo es que pudieran compartir en vida lo que este día significa para ti.
Hoy has decidido salir a la luz, has decidido decirle a esa luz:
"Se tú por mí"
"Nunca te fuiste de mi vida, no estás solo"
"100103"