6 de diciembre de 2009

¿Y si...


...las cosas no son como tú crees?

...no eres quién crees ser?

...eres quién crees ser pero no quieres ser quien eres?

...te entierras bajo tierra y ves el mundo desde abajo?

...te elevas hacia el cielo y ves el mundo desde arriba?

...te caes?

...te pierdes?

...te encuentras?

...pides ayuda?

...te piden ayuda?

...todo se acaba?

...está empezando todo?

...mañana no estás?

...mañana naces de nuevo?

...el pasado es tu cástigo?

...el futuro es tu temor?

...pierdes?

...ganas?

...te vas?

...vuelves?




...estás solo?


...Entonces no habrá nadie...

23 de noviembre de 2009

Mi estrella

Me alejé de la fiesta, y salí al jardín, anochecía muy rápido, parecía como si la Luna estuviera de aparecer para ver aquella escena. Pasé por la puerta del jardín, tras un gran chirrido oxidado, tanto como empezaba a tener yo la cabeza. Aquella puerta me condujo a la playa, la calma me abrazaba silenciosa entre sus brazos mientras yo pedia a gritos silenciosos auxilios mientras mi rostro desdibujaba mis pensamientos.

La brisa de verano me llevó de un soplo a mi infancia... Recuerdo la risa de un niño, la ilusión de un enano, la curiosidad de un crío, las bromas de un hermano, el cariño de una madre... la protección de un abuelo... Me robó una sonrisa... inocente... mientras mil lágrimas bañaban poco a poco mis pies, fríos y tensos.
Desdichado, bajo aquella luna que presencia la escena con aires vacilantes, pude vislumbrar en mi mente aquella estrella que bajo ese firmamento custodiaba sin conocimiento alguno por mi parte, los valores más importantes de mi vida.

Mire al cielo y allí estaba, pudiera parecer algo supraterrenal pero pude reconocerlo, estaba siempre dentro de mí, era parte de mí. Entre sollozos le pregunté quién era, qué debía hacer, cuál es mi destino, cuándo le volvería a ver... Aquella aura tan solo se hizo más grande y me cegó...

Desperté en una cama que se semejaba a una nube, mi pijama, blanco como la nieve llevaba bordado mi nombre, la televisión se encendió y echaban un reportaje sobre "El camino de la felicidad, un máximo en la vida". Me extrañé... cuánta coincidencia... Bajé a buscar el periódico y choqué con una niña, ella reia inocentemente mientras caminaba con aires graciosos hacia su casa, mi mente volvió de nuevo a esa infancia que añoraba... que inocencia...Recordé la risa de un niño, la ilusión de un enano, la curiosidad de un crío, las bromas de un hermano, el cariño de una madre... la protección de un abuelo... Cuando fui a recoger el periódico, había un anuncio de seguros de coche en el que el eslogan decía: "¿Chocaste? Fue el destino". Mi mirada se alzó con el ceño fruncido y un graffiti de la pared de enfrente me decía: "NO ESTÁS SOLO". Miré al cielo, hacía muchisimo sol, pero entre aquellos rayos pude distinguirlo, allí arriba estaba... Pude entender entonces que era un 10 del 01 del 03.

22 de noviembre de 2009

Un recuerdo inolvidable

El siguiente texto no es mío, es un texto al que le guardo un gran recuerdo y muchísimo cariño, además de ser precioso, por eso quiero que podais leerlo, y desde mi persona, rendirle mi gratitud y mi cariño:

Día a día..

Creo que cada día me desenamoraba de ti, y al siguiente me volvía a enamorar.
¿Sabes que? era precioso hacerlo cada mañana. Era lo más bonito del día. Verte y sentir que lo eras todo otra vez, renovar mis ganas de vivir. De verte, de abrazarte, de tocarte, de tenerte..

Aun así, siempre he tenido que comprobar desde la bajeza en la que me habías colocado en tu escala de valores, como de álgida era tu posición en la mía. Siempre has disfrazado con destreza, de cien, el cincuenta por ciento que me regalabas.

Y siempre me ha dado igual, ya lo sabes.




Me he pasado la tarde en la playa. La temperatura no era del todo agradable, pero lo peor es que hacia las ocho no se veía casi nada de la niebla caprichosa, que lo ha inundado todo copiándose de manera descarada de mi estado de ánimo.
Era bonito igualmente, se podía pensar bien. La verdad es que no te echaba de menos, mi imaginación jugaba a dibujarte a mi lado. Te contaba mis preocupaciones y los miedos de los que presumo no tener, mis sensaciones más profundas, mis temores infundados y las verdades que recorren mi mente. Las mil cosas que siempre he querido decirte.
Y te prometo que me escuchabas mi vida. Podía notar incluso como me mirabas mientras te relataba como de bonita era mi vida a tu lado.
El mar me ha visto llorar, la arena ha notado como caían mis lágrimas una a una y la empapaba más de lo que ya estaba por la humedad. El cielo me ha visto desesperarme, la luna me ha oído suplicarle a “Dios” que te cuide..
Las estrellas se han asomado en la espesura de la noche para escuchar como clamaba al cielo que no volviera a unir nuestros caminos, pues una vez he decidido irme, no quiero bajo ninguna circunstancia volver la vista atrás para reseguir el camino que una vez ya han hecho mis pisadas.





Riete de mi,ya puedes, porque tengo las bambas del 33 y medio de las que tantas bromas llegaste a hacer, llenas de arena.



Ya sabes, las despedidas siempre se me han dado mal, y cuando en la realidad te has ido hoy a rondar la noche, se me ha caído el mundo encima, a pesar de ser yo la que ha dicho primero adiós. Me he envuelto el alma con tu “adiós pequeña” y me he resguardado tímidamente del frío, esperando que tu manta de palabras aguante lo que resta de velada. Me quedaré con tu último te quiero, que me llene la noche.
Te vas, solucionando todo con un único verbo líquido y sin mi, mientras yo derramo otros verbos que resbalan con prisa por mis mejillas, guiñándole un ojo al destino.
Y te vas.. incluso te fuiste los dos días en que más te necesitaba, siempre con la misma idea, recurriendo a la alternativa de esconder tus problemas a tu propia conciencia que es quien mejor los conoce.
Desde entonces, odio ese verbo líquido del que hablaba, propio de borrachos sin vida y alcohólicos anónimos.

Ten cuidado por favor, quizá sea lo último que te pido.

Sabes que te esperaré despierta, por si vienes, me abrazas y te haces un hueco en el lado de la pared de mi cama. Y con un “te quiero” bonito nos dormimos los dos de la mano, y nos despertamos cada uno en un sitio diferente pero con los dedos entrelazados en un “siempre”. Y no sé ya si tú lo sabes, pero yo no sé si te espero como aquel que ansia algo que ha perdido, o te espero por que sé que eres lo que quiero. Igual que tampoco tengo la certeza de que la opción correcta sea irme, y sin saberlo me voy.



Gracias por todo :)

16 de noviembre de 2009

Aquí se desdibuja mi pensamiento






Sin duda un genio...
Sin duda una canción preciosa

La llave del corazón

Él tenía apenas 13 años, su vida era "normal", vaya la que se espera de un chaval que estudia en el instituto. Nunca tuvo problemas con nadie, no pasó desapercibido tampoco, era aplicado y sus profesores estaban encantado con él.
Él creyó vivir feliz, sentía esa felicidad que se siente cuando las cosas están bien, o cuando te regalan algo que te hace mucha ilusión. Aunque tan sólo fuera momentáneamente, o a golpe de regalos minúsculos. Vió en todo aquello que le alegraba la máxima felicidad. Y así creció, cumplió los 13 años, peró por cosas de la vida que no estaban en sus manos, sufrió la ruptura de su familia. Su mundo se dividió en dos, su padre y su madre. Todo pasó a ser un poco más oscuro.
Una nueva manera de vivir, sin una figura paternal, con nuevas responsabilidades, con nuevas tareas que por edad no le tocaban... un calvario.
Las noches se le hicieron eternas, apenas dormía, su cabeza procesaba toda la situación a la que jamás pudo llegar a entender. Se limitó a hacer lo que esa persona que le quedaba le decía.
Él se sentía triste, infeliz, desdichado... ya parecía que nada tenía valor. Sentía que su padre le robó su infancia, su adolescencia. Se le corrompió el corazón.
[...]
Habían pasado 4 años, supo reponerse y madurar a marchas forzadas para superar ese obstáculo que de manera tan repentina se le puso delante. Su corazón curó, pero quedó malherido, demasiadas marcas de guerra. En realidad estaba bien, estaba sano, pero el sentía que aquel corazón era débil, mostró tanto su amor por lo que quería, que pudieron hacerle daño.
Fué otro totalmente distinto, se volvió frío y calculador, incluso algo cínico y mezquino, era más ignorante, más indiferente, menos implicado con los demás, más arisco, más desconfiado, crítico con sus imperfecciones, sentía la necesidad de tenerlo todo bajo su control, se recriminaba cuando algo salía como el no esperaba. Lo habían hecho salvaje. Él creyó que nadie podría provocarle dolor, él se sintió dueño de sus sentimientos y así lo creyó hasta el punto de encerrar bajo llave su propio corazón, cual si fuera una caja fuerte, para que nadie pudiera herirle jamás. Así fué, la gente ya no admiraba su forma de ser, ya no contaban con él. Su madre lo llevó al psicólogo, pero él jamás le dirigió la palabra. Su madre lloraba por las noches, no sabía que le pasaba, nunca lo contó, lo guardó para él en aquella caja y escondió la llave...
[...]
Pasó el tiempo, se le acercaron personas que le dieron una luz que ya ni conocían sus ojos, pareció como si por convenio la gente le diera una segunda oportunidad, como si quisieran levantarle del suelo del que él jamás creyó estar sentado. Fué difícil, nunca se dejó llevar, pero con el tiempo, mostró aquella caja, pero jamás su interior. Entendió, entonces, que podía hacer feliz a los demás, era algo falso, porque no provocaba su felicidad en sí, pero era un sucedáneo tan plácido, que se dedicó a poner una sonrisa en cada momento, decidió dejarse llevar, ser más cariñoso con los demás, ser más divertido y no pensar tanto en como saldrían las cosas. Intentaron abrir esa caja en varios intentos sus amigos, pero allí perecen bajo la atenta mirada suya, los más oscuros y los más hermosos secretos y sentimientos que él sentía. Y aún es así, aunque caiga al suelo no quiere que le vean débil, él se levanta, aunque piense que necesite a alguien al lado y no pida ayuda, quizás no logró ser el original, el de antes, pero nunca le podrán recriminar que jamás lo intentó.
Su corazón parece que seguirá malherido y que permanecerá en esa caja bajo llave eternamente.

14 de noviembre de 2009

PsicoEGOlogía

¿Cómo te llamas?
Rubén

¿Qué edad tienes?
19 años

¿Como te sientes?
Normal... como siempre...

¿Y cómo es como siempre?
Pues... no lo sé, normal...

¿Crees que has caído en la rutina?
Sí, pero no me importa

¿Y a qué se debe eso?
A que será lo mejor

¿Mejor para qué y para quién?
Para pensar y para sobrevivir... y mejor para mí.

¿Por qué dices "sobrevivir"?
¿Qué es a vida sino una superación contínua de unos hechos que nos van siendo dados? ¿No es acaso eso sobrevivir?

¿Y qué es la vida para ti?
Aquello que no está muerto

Eso suena evidente...
Aquello que siente y padece ¿no?

¿Me lo preguntas? ¿Tienes dudas?
Muchas, no sabes tú cuantas.

¿Te arrepientes de algo en tu vida?
De bastantes cosas...

¿Te gustaría volver atrás para remediarlas?
No

¿Por qué?
Porque lo hecho, hecho está, mi camino es el que he elegido, estoy aquí, ahora, hablando contigo gracias a una serie de errores y aciertos que me han llevado hasta aquí

¿Crees, pues, en el destino?
Quizás, quien sabe. No doy nada por hecho... Como te he dicho me limito a sobrevivir.

¿Cómo ves tu futuro?
Mi futuro está en mi presente. Cada acto que haga determinará el siguiente. No veo más allá de lo que tengo al alcance de las manos.

¿Crees que necesitas ayuda para levantarte cuando te caes?
No, nunca.

¿Nunca?
No, no soy débil.

¿Y echas de menos a alguien?
A mi abuelo...

¿Quieres hablar de él?
No

¿Eres feliz?
Que tengas un buen dia.

14 de octubre de 2009

¿Cielo o Infierno?

Sé que llevo tiempo sin escribir, parece que hasta que no he vuelto a acostumbrarme a la rutina de estudiar, trabajar y entrenar, no he conseguido superar la abrumadora fatiga que acababa con mi cuerpo...

Es curioso, pero el otro día me sorprendió ver lo simples que somos las personas y lo grande que se nos puede hacer un granito de arena. Siempre he considerado al amor como uno de los obstáculos más difíciles de superar para las personas. Y a ello quiero llegar. Vi el otro día a una persona muy empática, una persona que había estado mucho tiempo sola, sin nadie al lado, inundada de amistad eso sí, la que le daban los que le rodeaban, todos ellos sabiendo que ese "vacío amoroso" por costoso que fuera podía ser ocultado por un gran parche llamado amistad. Fue curioso descubrir una especie de experimento empírico, cuando al ver que una chica le daba un poco de cariño, él se aferraba a ello como a un clavo ardiendo, como si cada chica fuera un tren que no vuelve a pasar. Él quería creer que ese cariño era algo más, que era la mujer de su vida, pero evidentemente, se equivocaba al ver que ella no quería nada más, con lo que él se deprimía como si le hubieran dejado tras una relación profunda y duradera. Incluso renegaba de sí mismo como si se tratara de su forma de ser la que le había hecho perder a esa persona que nunca fue nada.

Y con esto quiero llegar a lo siguiente: ¿Existe el cielo y el infierno en sí o lo creamos nosotros?
Mi respuesta es clara con el ejemplo que he prestado. Tanto el infierno como el cielo es una creación personal. Cualquier decepción que hunda nuestras ilusiones deriva al más profundo deseo de desdicha y con lo cual nos hace creer que vivimos un "auténtico" infierno, cuantas veces hemos oído aquello de "Esto es un infierno" (y no sólo por alguna que otra película famosa). Por otro lado, la consecución y éxito de nuestros deseos más anhelados e íntimos nos conllevan a un estado de gloria y placer absoluto que nos elevan hasta el cielo, o a pensar que vivimos en un paraíso.

Por eso reflexiono de nuevo, mi madre siempre me dice que la vida es una montaña rusa, a veces se está arriba y a veces abajo, con lo que pienso si arriba es bueno, arriba es el cielo, si abajo es malo, abajo es el infierno. Por eso llego a una conlusión, si la vida es una montaña rusa, que a veces se está arriba (en el cielo) y a veces abajo (en el infierno), quiere decir que, según lo que he querido proponer sobre la creación humana del cielo e infierno, es que en la vida existen momentos en los que por nuestro propio pie, por nuestros pensamientos y sensaciones más profundas, creamos esa montaña rusa, nosotros decidimos, siempre en un contexto determinado, cuando el vagón de nuestra vida tiene impulso para elevarse por encima de las nubes o de coger la bajada en picado y hundirnos en la miseria más oscura del infierno.

Sólo diré algo que creo que a mí me sirvió: Observa, valora, decide y actúa de la manera más conveniente, sólo así conseguiremos, si más no, mantenernos en un punto medio.

3 de agosto de 2009

Son esos detalles que hacen que la vida valga la pena

Si hace unos días sentía que no tenía oxigeno con el que respirar y eso hacía que me sintiera ahogado, hoy encuentro ese aire que necesitaba para seguir adelante con todo y que me da rienda suelta a mi cabeza para poder dar de mí, si mas no algo más de mí
Supongo que necesitaba salir de lo que llamamos la rutina, y no por salir de ella haya encontrado esa energía que me faltaba sino en encontrar una razón de peso con la que me sintiera de nuevo vivo. Y la encontré. Contra todo pronóstico, aún pensando que esa razón debería ser tan grande que aguardara en mí una eternidad como si ello no cambiara nunca o como si pensara que siempre sería así, y quien sabe, seguramente eso crecerá, adoptará nuevas formas y quien sabe si se acuerde de mí y me siga recordando. Seguramente me encantó como sonreía en el agua, o tal vez me gustó simplemente su inocencia, me gustó la manera en la que me cogía la mano y én la manera en la que se despidió de mí. Pude sentir de nuevo aquellas ganas de sonreir y decir que un día más estoy aquí, frente a mi ordenador, escribiendo lo que buenamente sé escribir y por aquello que hoy estoy pensando, sólo puedo decir, a día de hoy, que son esos detalles los que hacen que la vida valga la pena

30 de julio de 2009

Una máxima: la felicidad

Una de las respuestas con la que se contesta a la pregunta siguiente: "¿Cuál es nuestro objetivo en la vida?"; es ser feliz. Y creo que por lógica es lo cierto, ¿Qué sentido tendría sino la vida? ¿Ser un héroe? ¿Salvar vidas? Seguramente no sea así, sino que si se es un héroe y si se salvan vidas son hechos causales que derivan en último término a la felicidad. Por tanto podemos decir que sí, que nuestro objetivo en la vida es ser felices.

Ahora bien, ¿Cuál es el camino para acceder a la felicidad? o ¿Qué es la felicidad? ¿Cuál es su estandarte? Bien, pues la felicidad al fin y al cabo es un bien egoísta, ya que la felicidad es para uno mismo, y no, no vale decir que yo soy feliz haciendo feliz a los demás, porque si bien es así, la felicidad sigue siendo un valor egoísta, ya que buscas hacer feliz a los demás para que ello te aporte a ti felicidad.

Supongo que cada uno conoce su manera de llegar a la felicidad y hacerse grande, tocar techo. Quizás aquel que consiga llegar a hacer grandes cosas en la vida pueda conocer la forma y el estandarte de la felicidad en estado puro.

28 de julio de 2009

Sólo es una manera de vivir

Supe encontrar una manera de sobrevivir a la vida.
Encontré en las palabras que me decían: "Huye de la soledad", algo que en primer y último término llevaría mi vida por un camino que, si mas no, alcanzaría unas metas con las que pudiera subsistir hasta el día en que mi cuerpo dijera hasta aquí hemos llegado alma, siempre que mi salud diera oportunidad a ello.
Supongo que es una contariedad si digo que guardo mis problema bajo llave, encadenada a mi alma cerrada, como si pudiera tratarse de algo tan oscuro y terrorífico, algo parecido a una caja de pandora. De ese modo sentí y siento esa seguridad que me hace dar pasos seguros hacia adelante. Supongo que de esta manera siento el control de lo que está a mi alrededor, así siento que cada cosa que pasa y sucede en mis proximidades es fruto de algo que he permitido que ocurra o que yo mismo he hecho.
Por otro lado, entiendo la necesidad de tener aquello que aclara mis ideas, aquello que da estabilidad o calma en esa locura incesante de sentir mil sensaciones recorrer tus adentros sin saber en momentos de confusión cuál es el camino correcto, y no sólo el camino correcto, ya no me refiero a escoger un camino "correcto" sino a escoger el camino que a tu juicio y meditación ha sido el que te ha hecho ir hacia allí. Pues somos libres ¿verdad? ¿No es más libre quien escoge un camino entre mil, que el que dice yo hago lo que me da la gana? Supongo que eso es algo que algunos entienden así y otros asá. De todos modos, y hablando de lo que estaba hablando, quiero decir que la soledad es virtud y defecto, es heroe y villana, por lo menos a mi parecer. Creo entender que la soledad me permite preservar lo más íntimo y oscuro de mí, lo más bonito y lo más perverso, pero a su vez me doy cuenta de la importancia de todo lo que nos rodea y sin lo cual, todo eso que llevo dentro guardado bajo llave y encadenado a lo mas recóndito de mi corazón, no tendría lugar ni tendría tanta fuerza como para ser un secreto de sumarío hecho sentimiento en mí.
Puedo decir, como conclusión, que uno debe luchar por lo que le rodea, por lo que tiene y por lo que quiere, pues sin eso, nada de lo que poseemos interiormente tiene existencia. Pensad en esto, cual si fuera un dualismo existencial, lo que poseeis dentro y que llamamos sentimientos son dependen o vienen dados gracias a aquello que tenemos fuera de nosotros y que no están regidos a primera instancia por nosotros pero que gracias a esos sentimientos dados por esas personas y cosas, hacen que podamos tener sobre ellos una dependencia y un poder indirecto, justo y suficiente para poder sobrevivir un día más en este mundo.

27 de julio de 2009

Solo en la multitud

Creo que nunca me ha costado tanto escribir algo.
Y más cuando tengo tanto dentro y siento que voy a estallar. Es como si no pudiera contener todo aquello que tengo dentro, pero que a su vez no puede salir tan fuerte porque salpicaría a tanta gente.
Siento por una parte, ser esclavo de mis propios errores, los cuales cumplo rigurosamente para sanarlos día a día, bien sea por mí o por los demás. Sólo veo que debo pasar por un aro que cada vez es más estrecho y cómo no, agachas la cabeza, metes barriga y adentro. Piensas:"uno más, ya se han acabado" pero ves como al fondo vienen de nuevo con un arito aún más pequeño. Entonces es cuando tu personalidad se pierde, se hunde, te la pisotean y tu orgullo te lo has comido como si fuera una sopa fría y espesa. Veo que soy un juguete, una marioneta. Aquí, allí, así, asá... pero como dije, mi orgullo está bajo tierra y así me van las cosas, sin saber que hacer. Revelarte es aumentar tus errores anteriores y ratificarlos, agachar la cabeza es de cobardes y de tontos. Y aquí estoy, agachando la cabeza y metiendo barriga.
Siento por otra parte, que carezco de estabilidad, y eso es lo que me obliga a estar así, pensando en que debo hacer, encerrándome entre 4 paredes que cada vez se hacen más pequeñas y que poco a poco aumenta la temperatura, y allí es cuando me agobio. Tengo tantas ganas de no sentirme solo, de ser otro, de ser independientemente dependiente de algo a lo que aferrarme tan fuerte como para quemarme si me equivoco. Pero de nuevo aparece un aro, y agachando la cabeza y metiendo barriga, mi orgullo se muere y mi cobardía se hace soberana.
Y que decir de la amistad, todos tenemos amigos, mira mi facebook ¿no?, tengo más de 400 "amigos", pero en realidad los cuento con una mano a la que le faltan un par o tres de dedos. Podríamos decir que me siento sobre una silla de 4 patas, y que tengo esas 4 patas que me sostienen. Podrán fallar por ser humanos, pero anhelas que nunca fallen todas a la vez. Y a día de hoy, esta silla pierde mucho el equilibrio y solo siento que me voy a caer.
Dicho esto creo que puedo concluir con que, en primer lugar, yo llevo en mi piel una frase que espero que me acompañe toda la vida, el hecho de estar solo me aterra y ahora mismo lo que veo es que entre la multitud, sólo encuentro soledad.