20 de enero de 2010

Ipso Facto

El camino es largo y hay que andarlo, muchos obstáculos se encuentra, como todos, de hecho no se cree desdichado por salvar esas trampas que pone la vida, sino que se siente maldito porque siente que no tiene en que creer.

Salva los días en los que no recuerda ni piensa que debe hacer ni tan solo que dictamina su conciencia al ver que el camino por recorrer es largo y porque no decirlo, a veces un tanto oscuro y difícil. Al parecer no le asusta ni tan solo le quita el sueño ese aspecto de su vida, se siente fuerte como para superar cualquier circunstancia, no obstante, sí que piensa podría dejarle tocado, pero el valor a ello no desvanece.

Sabía que podía continuar adelante, que el camino le sería algo trabado, y es así también que añoraba tener una razón ilógica e incluso incoherente e incomprensible por la que levantarse cada mañana y pensar hoy voy a seguir cambiando el mundo, hoy tengo por qué levantarme y seguir adelante. Era evidente que quería tener esa razón, pero a la vez que la quería tener, le daba miedo poseerla, porque ello implicaría un grado de dependencia que, en primer lugar, hacía tiempo que desconocía, y en segundo lugar, que le haría perder el control absoluto de su vida. Ya no actuaría por su propio juicio, lo razonable podría convertirse en irracional, y lo imparcial podría llegar a ser parcial. Podría llegar incluso a cambiar sus principios y sus valores, a ser otra persona. Ya no sería el mismo posiblemente, ya que esa razón fuera tan trascendente que le impidiese ser coherente consigo mismo, y esa barrera o ese escudo impracticable tras años de lenta solidificación volasen por los aires con tan poco esfuerzo. Ha llegado ser bastante discreto con su alma, a no mostrar nunca su debilidad, ni sus miedos, se ha proclamado invulnerable a cualquier valor sentimental, por miedo a destaparse de nuevo, por miedo a ser humano en ese sentido, por ser vulnerable.

Es aquí donde puede vislumbrar una barrera algo difícil de traspasar, saber que puede tener una razón por la que seguir adelante aunque puede pretender que no la necesite, hasta el punto de incluso quererla para hacer del camino menos difícil, sin embargo, el precio a pagar es aún demasiado elevado a su parecer como para exponerse a tal razón, cree no estar preparado a afrontar su vulnerabilidad por un camino menos inclinado.

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